(...) Sin recurrir en lo más mínimo al lenguaje verbal, Ott se las ingenia para contar una tras otra un montón de historias cruentas, tremendas, desgarradoras, que dicen mucho más que miles de historietas repletas de diálogos y bloques de texto. (...)
Thomas Ott es un maestro inigualable en la técnica conocida como scratchboard, que consiste en generar las imágenes raspando con cutters, bisturíes o escalpelos sobre una plaqueta de cartón recubierta con tinta negra. (...)
Son breves incursiones en el terreno de las pesadillas, de la mala onda, de la ficción de género clásica invadida y podrida por hongos tóxicos.
(...)*
*Fuente: 365 comics por año.
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